top of page

Cansancio, dudas y un cuaderno en blanco

  • Foto del escritor: zhavaestudio
    zhavaestudio
  • 1 oct
  • 2 Min. de lectura

La parte que nadie cuenta

Ni siquiera sé qué título ponerle a este capítulo. Simplemente escribo porque lo necesito. Sabía que ser emprendedora en un rubro tan complejo como la arquitectura iba a ser difícil, pero nunca imaginé hasta qué punto. Si me pongo a pensar, fueron más las veces que quise tirar todo a la mierda que las que realmente tuve ganas de seguir. Hace meses que no hay una luz de esperanza: nadie te consulta, nadie te comenta, nadie te manda un mensaje privado para preguntar algo. El Instagram parece estar muerto, salvo por tu círculo cercano: amigos, familia, conocidos.

Y claro, si pagás publicidad, en cinco días te siguen veinte personas. Ahí entendés lo mal que está todo: si no ponés plata, las redes no te muestran.

Cuando lo que te gusta se vuelve tóxico

Escribir me hacía bien, me ayudaba a ordenar pensamientos. Hasta que decidí publicarlo. Entonces empecé a mirar números: cuántos likes, cuántas visitas, si alguien lo leía de verdad. La primera publicación fue un éxito: 250 personas la vieron. Pero yo misma me repetía: seguro son bots, seguro nadie lo leyó en serio. Y lo que antes era catarsis se convirtió en obsesión.

El estrés mental se transformó en cansancio físico. Porque toda la energía iba a pensar cómo lograr que alguien me escriba, que alguien me vea. Y en esos momentos me pregunto: ¿por qué no habré elegido una carrera con más salida laboral? Pero después pienso: capaz si hubiera sido dentista o diseñadora industrial estaría igual, dudando, cansada, frustrada.

Constancia, paciencia… ¿hasta cuándo?

Todos repiten que emprender requiere constancia y paciencia. Constancia tengo, paciencia no tanta. Y me pasa que, con ansiedad, uno no necesita grandes logros: con una miga cada tanto ya alcanza para saber que el camino es el correcto. Algo así como Hansel y Gretel, pero en versión arquitecta-emprendedora.

Y en medio de esa espera, me consuelo con algo: mi verdadera pasión es el fútbol. Gane o pierda, esté jugando una copa o no, ahí estoy. Constante, paciente y firme. Y me pregunto: ¿por qué no está bien también que la arquitectura no sea "el gran amor de mi vida"?

Lo que está bien

Escribir esto es también un recordatorio para mí y para vos: Está bien si no amás tu profesión todo el tiempo. Está bien si no sos paciente. Está bien si te cuesta la constancia. No estás sola: del otro lado de la pantalla hay alguien que también la pelea, que también se siente ahogada y que, aun así, sigue intentando.

Hacerlo a tu manera

Creo que voy a volver a escribir más seguido. Pero lo voy a hacer a mi manera. Me dijeron que lo mejor era escribir a mano, con lápiz y papel… y desde ese día lo sentí pesado, como una obligación. Probé, pero dejé de disfrutarlo.

Aprendí que está bien probar lo que le funcionó a otros, pero sabiendo que no siempre sirve igual para vos. Y que lo importante es hacer lo que te gusta de la forma que te gusta: subir el contenido que quieras, diseñar lo que quieras, escribir donde quieras.

Porque acá nadie está buscando ser “el escritor perfecto”. Solo estamos buscando ser.

 
 
 

Comentarios


bottom of page