Pagar por trabajar: el precio de entrar al juego
- zhavaestudio
- 28 jul
- 2 Min. de lectura
Una reflexión sobre arquitectura, aportes obligatorios y el capitalismo que no nos incluye.
Empezar no es gratis
Arrancar como arquitecta independiente ya es bastante desafiante. Buscar clientes, armar presupuestos, sostener tu motivación, aprender a cotizar, a decir que no, a hacerte valer…
Pero hay algo que nadie te explica cuando salís de la facultad: además de todo eso, tenés que pagar por trabajar. En realidad si te lo explican pero no te detallan sobre los pagos y las obligaciones.
Sí. Literal.
Te enfocas en crear tu propio estudio, en ser un arquitecto independiente con la emoción de estar empezando, y de golpe te encontrás con siglas que suenan a trámite bancario: CAAITBA, CAMO.Y con eso, la noticia: tenés que pagar una contribución anual mínima obligatoria, uses o no uses el sistema. Tengas obra o no. Factures o no. Estés arrancando o ya consolidada.
Y te preguntas:
¿Cómo puede ser que lo primero que me exijan como profesional no sea capacitación, ni una red de apoyo, ni contactos... sino un pago?
¿Qué sistema es este?
Para los que no saben el CAAITBA (Caja de Previsión Social para Agrimensores, Arquitectos, Ingenieros y Técnicos de la Provincia de Buenos Aires) es a grandes rasgos una entidad creada para resguardar al profesional y a su grupo familiar. El CAMO (caja anual mínima obligatoria) es una contribución para garantizar la jubilación, pensión y otros beneficios de seguridad social.
Pero cuando estás empezando, esos respaldos son poco más que papeles y trámites complicados. Lo que necesitas no es un sistema que te cobre desde el minuto uno, sino uno que te sostenga mientras te armas.
Porque no, no es lógico y sí, es ridículo que la “formalidad” del ejercicio profesional empiece con una exigencia económica. Más aún cuando ni siquiera te da margen para respirar, ni para decidir cuándo y cómo empezar a aportar.
El juego que no es para nosotras/os
Y entonces, un día pensando un poco más profundo, lo entendés:
Este sistema no fue pensado para nosotras/os.
Fue armado para sostener un engranaje que beneficia a unos pocos. Una estructura heredada, vieja, que responde a una lógica capitalista donde el que emprende, crea o trabaja… paga para mantener los privilegios de quienes ya están arriba.
Porque esto no se trata solo de arquitectura se trata de un país donde el que produce no es el que gana donde el que invierte tiempo, cabeza y energía en construir algo nuevo termina empantanado en un sistema que lo exprime antes de dejarlo crecer.
Y ojo, esto no es una queja yo creo que la mayoría queremos ejercer de forma profesional, legal, ética queremos aportar, claro pero también queremos un sistema que distinga entre quien recién empieza y quien ya tiene una estructura. Que acompañe en vez de castigar. Que incentive en vez de espantar.
Capaz suena a una campaña política lo que digo, pero...
¿De qué sirve una caja previsional si te expulsa antes de que puedas sostenerte?¿A quién está cuidando, en serio, este sistema?
No queremos entrar así
Porque sí, queremos hacer las cosas bien, pero no podemos seguir entrando a un juego que nos cobra entrada… sin darnos lugar.




Comentarios